Se trata de una técnica manual, sutil y de efecto profundo para ayudar a detectar y corregir los desequilibrios del sistema neuromeníngeo (SNC) que puedan ser la causa de disfunciones sensitivas, motoras o neurológicas.
La TCS se utiliza para tratar una gran variedad de problemas de salud, incluyendo dolor de cabeza, vértigos y mareos, dolor de espalda, disfunciones de la A.T.M., dificultades de coordinación motora, hiperactividad,...
Las fascias son el tejido corporal más extenso, para que lo entendamos serían las envolturas o membranas que rodean cada uno de los órganos, músculos, nervios,.... Todo está envuelto por fascia, y todas las fascias están relacionadas entre sí, son un continuo de tejido conectivo de la cabeza a los pies. El tejido fascial es donde incide principalmente nuestro tratamiento, con el fin de eliminar o disminuir las restricciones de movilidad/elasticidad de los tejidos fasciales, que pueden afectar a nuestra salud de manera muy diversa.
El sistema cráneo-sacral lo forman las meninges (tejido fascial que envuelve el sistema nervioso central) y el líquido cefalorraquídeo que rodean al sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal). Su fisiología se basa en el principio de la existencia de una pulsación rítmica sutil, fisiológica y con una entidad propia diferente del ritmo cardiorespiratorio. Éste ritmo se relaciona con el flujo del líquido cefalorraquídeo LCR y con una micromovilidad y/o elasticidad tisular detectable a través de la palpación de los diferentes tejidos (huesos craneales, sacro, ...)
La terapia craneosacral es una técnica que comenzó a estudiarse a principios del siglo XX. El Dr. William G. Shuterland abordó el complejo entramado de los huesos craneales con el propósito de investigar su comportamiento y movilidad. Posteriormente, en 1970, el cirujano Jhon E. Upledger durante una operación en el cráneo observó un movimiento rítmico en el tejido membranoso. Tras una labor de investigación, sobre un tema del que apenas existía documentación previa, llegó a la conclusión de que ese pulso provenía de la duramadre espinal. Desde 1975, el Dr Upledger se rodeó de un amplio equipo de médicos, biofísicos y anatomistas, para intentar demostrar científicamente el funcionamiento de esta terapia.
Evidencia científica: Aunque todavía muy escasa, van apareciendo nuevos estudios sobre la evidencia científica de la TCS. En una revisión de literatura disponible en la red en bases de datos como Embase/Medline, Medline® In-process, Cochrane, CINAHL y AMED, sólo siete estudios cumplían con los criterios de inclusión, de los cuales tres estudios eran ensayos controlados aleatorios y cuatro fueron diseños de estudio observacional. Fueron reportados resultados clínicos positivos para la reducción del dolor y una mejora general del bienestar de los pacientes. Los valores de la calidad metodológica Downs and Black iban de 2 a 22 puntos dentro de máximo teórico de 27 puntos, siendo los ensayos controlados aleatorios los que obtuvieron los valores más altos.
Esta revisión reveló la escasez de investigación sobre TCS en pacientes con diferentes patologías clínicas. La evaluación de la TCS es verosímil en los ensayos controlados aleatorios y tiene el potencial de proporcionar resultados válidos que apoyen futuras toma de decisiones clínicas. No obstante, debido a la calidad metodológica moderada de los estudios incluidos, hacen falta se requiere de más investigaciones futuras. FUENTE: Anne Jäkel and Philip von Hauenschild. A systematic review to evaluate the clinical benefits of craneosacral therapy. Complementary Therapies in Medicines. 2012, 20, 456-465.
La Terapia Cráneo-Sacral se utiliza para tratar una gran variedad de problemas de salud, es una terapia tan suave y segura que es apropiada para personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños y bebés, así como durante el embarazo y posparto, después de una operación, un accidente o en condiciones de fragilidad.
Estos son, entre otros muchos, algunos de los problemas de salud más comunes de los que puede beneficiarse con la Terapia Cráneo-sacral:
• Dolor de cabeza
• Alteraciones de la ATM (problemas mandibulares)
• Ansiedad
• Dolores articulares
• Problemas postparto (madre y bebé)
• Esguinces cervicales
• Parálisis cerebral
• Dificultad en el embarazo
• Trastornos de la succión y respiración en bebés
• Autismo y trastornos de la conducta
• Estrés y depresión
• Ciáticas
• Traumatismos craneales
• Hiperactividad
• Insomnio
• Lumbago
• Migrañas
• Neuralgias
• Parálisis facial
• Problemas digestivos
• Secuelas de accidentes
• Sinusitis
• Zumbido en los oídos
• ...
Se trata de una técnica muy suave en la que rara vez el terapeuta aplica más de 10 a 20 gramos de presión. La terapia Cráneo-Sacral utiliza como instrumento de evaluación el ritmo de este sistema fisiológico para precisamente corregir las restricciones del tejido fascial. Para poder conseguir esto, se requiere de un contacto muy suave y sensible más que de una mano pesada.
Un terapeuta entrenado puede percibir y testar el movimiento cráneo-sacral en cualquier parte del cuerpo. Se puede obtener así, una gran información acerca de las diferencias cualitativas que presenta el movimiento en su amplitud, rango, simetría etc.
En respuesta a traumas físicos, tensiones o problemas emocionales, etc. los tejidos del cuerpo se contraen. En ocasiones, esta contracción - sobre todo si el golpe ha sido fuerte o el trauma emocional intenso - queda contenida en el cuerpo, limitando su buen funcionamiento, y creando restricciones que provocan problemas que pueden durar años. El movimiento craneosacral las refleja como áreas de congestión o restricción.
El terapeuta utiliza sus manos para intentar liberar estos patrones de restricción; al hacerlo, el cuerpo del paciente tiene la oportunidad de liberar ese patrón restrictivo y encontrar una nueva forma de organizarse.
Durante la sesión el paciente generalmente permanece tumbado en la camilla y siente el contacto ligero de las manos del terapeuta. El contacto se puede realizar sobre la misma ropa. La duración de la sesión será de alrededor de 30-60 min, dependiendo del caso y también de si es un bebé o un adulto.
Generalmente es necesario realizar una serie de sesiones para obtener todos los efectos beneficiosos que esta terapia puede ofrecer.